EL PRECIO DE LA VANIDADMitos, Leyendas y Tradiciones
Mary Hoffman/Jane Ray
En el hemisferio norte, una de las constelaciones más fáciles de identificar es la de Casiopea. Parece una enorme W escrita con estrellas. Sin embargo, según los antiguos griegos se parecía a la figura de una mujer y la relacionaban con la historia de Casiopea, Andrómeda y Perseo.
Casiopea era una mujer muy vanidosa que se cepillaba continuamente su larga cabellera y se contemplaba en un espejo. Era la reina de Etiopía y estaba casada con el rey Cefeo. Un día llego a alardear tanto de su belleza que afirmó que ésta era superior a la de las Nereidas, las cincuenta encantadoras ninfas marinas. Una de las Nereidas era la esposa de Poseidón, el poderoso dios del mar, y fue a quejarse ante él de la fanfarronada de Casiopea.
Poseidón envió a una serpiente marina a arrasar la costa de Etiopía.
El monstruo aterrorizó a los habitantes de la zona quienes rogaron a su rey que hiciera algo al respecto, así que Cefeo fue a pedir consejo al oráculo.
El consejo del oráculo le horrorizo. La única manera de alejar al monstruo consistía en encadenar a su encantadora hija Andrómeda a unas rocas y ofrecérsela a la serpiente. ¡Como se arrepintió Casiopea de sus estúpidos alardes cuando vio a su hija llorando en las rocas mientras el monstruo se acercaba hacia ella agitando las aguas!
Justo en ese momento llego Perseo volando con sus sandalias aladas. Era un héroe que regresaba de matar a la Medusa –pero ésa es otra historia-. Solo con mirarla se enamoró de la hermosa joven encadenada a las rocas. Bajo en picado y mató al monstruo marino con su espada de diamantes y pidió a la agradecida Andrómeda que fuera su esposa.
Ahora todos los personajes de esta historia se recuerdan en las estrellas. Andrómeda se encuentra entre Casiopea y Perseo. Las estrellas del rey Cefeo están cerca de las de su mujer e incluso se puede ver al monstruo: en la constelación Ceto. Según la tradición, Casiopea todavía se peina continuamente y pasa parte del año boca abajo como castigo por su vanidad.
